No suelo hacer postres (para eso está mi mujer que es una experta), pero me apetecía hacer esta receta, que es una versión de la que hacen en el restaurante La Viña, en San Sebastián. Y es una versión porque en lugar de azúcar, lleva tagatosa, que es un edulcorante derivado de la galactosa presente en la leche y que tiene un índice glucémico muy bajo y no eleva el nivel de glucosa en sangre. Así que los diabéticos ya tenemos un postre de fiesta para alguna ocasión.
Ingredientes:
- 1 kilo de queso crema tipo «Philadelphia»
- 7 huevos grandes
- 150 grms. de tagatosa (si preferís hacerlo con azúcar, 300 grms.)
- medio litro de nata para montar
- una cucharada sopera de harina de trigo
Vamos a empezar precalentando el horno a 200ºC.
Yo he usado mi amasadora, que me quita un porrón de trabajo, pero se puede hacer con una batidora de varillas o incluso a mano. Lo primero es batir el queso para que quede homogéneo. Luego añadimos la tagatosa (o el azúcar) y esperamos que se integre bien.
Añadimos los huevos uno a uno para que se mezclen bien y echamos después la harina. Cuando veáis que se ha integrado en la masa, añadid la nata y batid durante un rato hasta que la mezcla no tenga grumos.
Vamos ahora a preparar un molde desmontable para horno (el mío tiene 23 cms. de diámetro) de la siguiente manera: mojamos, estrujamos y escurrimos bien una hoja de papel de horno y forramos con ella la base del molde y parte de las paredes. Lo que dé la hoja. Luego hacemos una pared en todo el interior del molde con más papel de horno (ahora no hace falta que lo mojéis). Si podéis poner dos capas, mejor. La tarta subirá bastante y así evitamos que se desborde.
Llenamos con cuidado el molde y lo metemos al horno. La tarta tardará entre 50 minutos y 1 hora en estar lista, pero a media cocción (sobre el minuto 30) mirad el color que va pillando. Si véis que empieza a dorarse mucho, tapadla con papel de aluminio. En los último minutos podréis quitar el papel y dejar que se dore un poco más si hace falta.

Cuando pase el tiempo de cocción, apagad el horno y dejad la tarta dentro con la puerta entreabierta. Al menos 2 o 3 horas hasta que se enfríe. Luego la pasáis a la nevera para que cuaje aún más. Lo ideal es hacerla de un día para otro.
