Me gusta mucho el queso. Lo confieso. Me he quitado prácticamente de todo, menos de él (ja ja).
Si le habéis echado un ojo al blog, habréis visto que suelo aprovechar las Tortas del Casar o de La Serena una vez que hemos dado cuenta de ellas. Las uso de cuenco para servir pasta o arroz. El calor del alimento acaba por fundir el queso que aún queda en las paredes de la corteza.
Hoy vamos a aprovechar una de esas tortas para servir una buena ración de setas. Al lío…
- Una Torta del Casar vacía
- Medio kilo de setas variadas
- Una cebolla
- Un diente de ajo
- Una pizca de comino molido
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta
En una sartén amplia con aceite, sofreímos el diente de ajo y la cebolla, todo muy picado. Cuando la cebolla esté bien pochada, añadimos las setas limpias (en trozos las más grandes y enteras si son pequeñas). Una mezcla que me gusta mucho es la de níscalos y trompetas de la muerte.
Añadid un poco de vino blanco o agua y esperad a que las setas estén tiernas. Más o menos 20 minutos. Añadid sal, pimienta y comino molido.

Servid dentro de la corteza de la torta. Cuando vayáis a comer, removed bien para que el queso se despegue de la corteza.
¡Ñam, ñam!