Hoy venimos con una receta clásica portuguesa, que además es muy sencilla. Vamos a hacer nuestra propia salsa piri-piri y os voy a contar un poco qué es eso del piri-piri.
Pues el piri-piri no es una salsa en sí, como pudierais pensar. Es una variedad de chile picante, como el habanero, el jalapeño y otros. Os dejo una pausa para que leáis mi disertación sobre los chiles en «la madre que parió a la capsacicina».

Para esta receta vamos a usar muslos de pollo, aunque podéis usar contramuslos, pechuga o alitas. A vuestro gusto.
Para la salsa necesitaréis:
- 1 cebolla pelada y troceada
- 1 pimiento verde
- 2 dientes de ajo pelados
- 1 chile fresco (yo usé un habanero que tenía conservado en aceite)
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- el zumo de 1 limón
- un chorro de vinagre de vino blanco
- un buen chorro de aceite de oliva virgen extra
- una pizca de sal
- pimienta
- un poco de agua, por si veis que se queda muy espeso
Para empezar vamos a ir calentado el horno al máximo mientras preparamos el pollo. Ponemos los muslos en una bandeja o cazuela y añadimos un poco de aceite y sal. Los tenemos horneando durante 1 hora a 190ºC.
Mientras tanto, vamos a preparar la salsa. Es muy sencillo: meted en el vaso de una batidora todos los ingredientes de la lista. ¡Ya está! (no diréis que no está tirado).
Sacad el pollo del horno y verted la salsa por encima. Volved a hornear a 220ºC durante 15 minutos para que la salsa espese y ya estará listo.