Llega uno al mercado («la plaza» para los de Cadi, Cadi) y de repente unos mejillones empiezan a llamarte. «Quillo, quillo, llévanos a casa». Así no hay manera de comprar tranquilo.. 😂
Los antojos son imprevisibles. De repente me los imaginé a la marinera…
- Un kilo de mejillones
- Una cebolla
- Dos dientes de ajo
- Una hoja de laurel
- Media cucharadita de cominos
- Tres cucharadas soperas de tomate triturado
- Un chorro de Manzanilla
- El agua de abrir los mejillones
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva virgen extra
- Dos cucharaditas de pimentón dulce
Antes que nada, vamos a abrir los mejillones, que habremos limpiado previamente. Ponemos una olla al fuego y echamos los mejillones con un chorro de Manzanilla. Tapamos y esperamos que se abran.
Ahora vamos a quitarles una de las valvas (la que no tiene el «bicho») y los reservamos. Colamos bien el agua de la cocción y la reservamos.
En una cazuela con un poco de aceite, sofreímos los ajos y la cebolla, todo picadito, junto con los cominos y la hoja de laurel. Añadimos un poco de sal y pimienta.
A los 10 minutos añadimos el pimentón y el vino y esperamos que se evapore el alcohol.
Luego añadimos el tomate triturado y el agua de la cocción de los mejillones. Removed bien.
Echamos los mejillones en la cazuela y removemos para que se impregnen bien de la salsa.

Listo. A comer y a mojar pan.