En mi casa no solemos tener prisa ni para preparar la comida ni para comerla. Por eso es la última vez que usamos placas de lasaña precocinadas. No importa como las hagas, alguna de ellas siempre se queda dura. Dicho esto, vamos a ello.
- 1 kilo de carne picada (de cerdo, ternera o ambas)
- 1 paquete de placas de pasta para lasaña
- 2 calabacines grandes
- 1 puerro grande
- 1 lata de tomate frito
- aceite de oliva virgen extra
- sal y pimienta
- queso Parmesano
- mantequilla para untar la fuente
para la bechamel:
- 1 litro de leche
- 75 grms de mantequilla
- 75 grms de harina
- nuez moscada rallada
- sal y pimienta
Vamos preparando mientras la bechamel. Para ello ponemos un cazo con la leche y comenzamos a calentarla, ya que debe estar caliente cuando el roux (mezcla de grasa y harina) esté listo. En otro cazo derretimos la mantequilla. Cuando esté derretida, añadimos la harina y removemos para que se mezcle bien. Hacemos esto hasta que no huela a cruda o hasta que empiece a tomar un poco de color. Veréis como la masa se despega del cazo. Ese es el punto.
Añadimos ahora la leche, y a fuego bajo, removemos sin parar para que no se formen grumos. Le añadimos sal, pimienta y nuez moscada. Apartamos y reservamos.