Lo que tiene pasear sin rumbo por una ciudad cuando estás de vacaciones, es que de repente te encuentras con monumentos, estatuas o comercios que llaman tu atención. Eso fue lo que nos pasó en Faro (Portugal) hace muy poco.
Cerca del Arco da Vila, junto al puerto marítimo encontramos una tienda de las conservas Comur y nos llamó la atención el aspecto del local. No tenéis más que ver las estanterías expositoras.
Inaugurada en 1942 en Murtosa, la fábrica COMUR es una de las más grandes en el sector nacional de conservas. Inicialmente dedicada a las exportaciones de anguila, la producción evolucionó a los tipos más variados de conservas de pescado, siempre con los más altos estándares de calidad y excelencia.
Lo que más llama la atención es el diseño de las latas. Son verdaderas obras de arte que da pena abrir. La más llamativa es una con forma de lingote de oro y que contiene la famosa sardina portuguesa, sin piel ni espinas y con perlas de oro comestible. Tienen una colección con el año de tu nacimiento en la tapa, por si te quieres hacer un regalo.
La variedad es enorme: sardina, boquerón, bacalao, jurel, caballa, dorada, lubina, lenguado ahumado, corvina, trucha, mejillones, pulpo, salmón ahumado, pez espada, anguilas, atún, anchoas, calamares, caracoles, gambas al ajillo y para los vegetarianos, bolitas de avena con verduras y buñuelos de zanahoria y semillas.