Como hacer cerveza en casa (parte 1)

Sólo hacía falta que alguien me dijese: ¿tengo ganas de hacer cerveza? ¿te apuntas?
Me faltó tiempo para ir a comprar el material necesario y ponerme manos a la obra. Yo se lo encargué a Sandra y a Ricardo, de la tienda Gades Beer, en Cádiz. Voy a explicar el proceso de fabricación de nuestra primera cerveza casera, basándome en muchas de las fotografías que hemos hecho durante el proceso. Comentaré en cada una lo que estáis viendo y de vez en cuando introduciré alguna explicación y/o consejo que debéis tener en cuenta (o no; ya sabéis como es esto de los consejos).
NOTA: voy a explicar el proceso de elaboración partiendo de un kit de iniciación, con un bote de extracto de malta. Más adelante haré lo propio con el método «todo grano», que permite mayor flexibilidad y control sobre el proceso… vamos, que es más interesante.
Todo el proceso se divide en dos etapas: la primera, donde cocemos el mosto, enfriamos, «sembramos» la levadura y se inicia la fase de fermentación que durará una semana, más o menos. La segunda es la fase de trasiego del mosto, adición del almíbar para carbonatar y embotellado de nuestra cerveza.
Luego, las botellas deberán reposar a temperatura ambiente y en lugar oscuro y tranquilo durante al menos 3 semanas, antes de enfriar y disfrutar de nuestro preciado elemento.
El kit: 2 cubas, densímetro, termómetro, chapas, chapadora, desinfectante, grifos, probeta, pala, escobilla, válvula para embotellar, trampa de aire y preparado de cerveza.
Hemos partido de un kit que incluía una lata con el preparado de malta y lúpulo ya cocido y listo para diluir. Es la manera más fácil de iniciarse en este mundillo, pero el paso natural es acabar comprando la cebada malteada y los lúpulos y empezar desde el principio. Pero eso será más adelante…
Nuestras garrafas de agua de la Sierra de Grazalema
Otro elemento importante es el agua. De hecho es el más importante ya que supone el 85% de nuestra futura cerveza. Nosotros hemos usado agua de la Sierra de Grazalema. Si usáis agua de grifo, tenéis que eliminarle el cloro, pero ya que esta es una experiencia muy positiva, un paseo por la Sierra no os hará mal.
Es importantísimo desinfectar bien todo el equipo que va a entrar en contacto con la cerveza. El kit incluye un producto específico llamado Chemipro Oxi, que no es más que un compuesto de carbonato de sodio y peróxido de hidrógeno. Se disuelve en agua rápidamente para liberar oxígeno y proporciona una potente limpieza, blanqueamiento y eliminación de manchas. También podéis usar una solución de lejía en agua al 5%, pero tenéis que aclarar muy bien para que no os quede olor a lejía.

Añadimos 4 grms. de Chemipro Oxi por litro de agua y lavamos bien
Ponemos todo el equipo a secar sobre un trozo de papel de aluminio

Para que la melaza de la lata sea menos densa (en estado natural parece miel) conviene poner la lata la baño maría. Con esto conseguiréis que se licúe un poco el contenido.

Lata al baño maría. Con 10 minutos en agua caliente es suficiente

Ponemos 4 litros de nuestra agua a calentar hasta que alcance los 80 grados.

A punto de alcanzar los 80º. El agua ya está lista para añadir el concentrado

NOTA IMPORTANTE: en este punto, justo antes de añadir el brebaje, nos indica el fabricante que tenemos que añadir cierta cantidad de azúcar al mosto y esperar que se disuelva completamente. Lo hacen así porque el concentrado es muy pobre en azúcares, que luego necesitará la levadura para generar alcohol y CO2. Los puristas dicen que añadir azúcar en este punto es la mejor forma de garantizar una cerveza que produzca resaca. Nosotros, un poco intencionadamente y un poco por el «a ver que pasa», no le pusimos azúcar en este punto. Resultado: una cerveza con la mitad de alcohol (2,6%) pero con mucho cuerpo y aroma.
Debemos procurar que la temperatura no supere los 80º mientras se está cociendo el mosto

Entonces añadimos el contenido de la lata y removemos bien. Para aprovechar los restos pegados, echamos un poco del agua caliente en la lata para despegar toda la melaza. Removemos para evitar que el mosto se pegue a la olla. Cuando esté bien disuelto comienza la fase de enfriado rápido.

Usamos 2 bolsas de hielo y llenamos el fregadero hasta la mitad

Para ello tenemos que preparar en el fregadero una baño maría con hielo y agua. Pasamos la olla a este baño y controlamos con el termómetro. Tiene que bajar lo más rápido posible hasta los 21º – 26º, temperatura a la cual puede trabajar la levadura.

El proceso de enfriado rápido evita la proliferación de bacterias que echen a perder nuetra preciada cerveza
Cuando la temperatura baje de los 26º podemos trasvasar el mosto al fermentador (que es el cubo cuya tapa tiene un agujero para insertar la trampa de aire). Echamos el contenido de la olla y añadimos el agua restante hasta completar los 12 litros (que es el volumen recomendado para este tipo de cerveza). Si añadís más agua os saldrá una cerveza con menos alcohol. Si añadís menos agua, obtendréis una cerveza más alcohólica. Añadid el agua restante desde cierta altura para que se provoque oxigenación.
Al añadir agua de forma brusca favorecemos el aporte de oxígeno para la levadura
Muestra del mosto
Tenemos que tomar ahora una muestra del mosto para calcular la densidad inicial que tiene. La diferencia entre la densidad inicial y la final, aplicada a una fórmula, nos dará el volumen de alcohol que va a tener la cerveza. Para ello llenamos la probeta incluida en el kit con una muestra del mosto (usad el grifo acoplado a la cuba para no contaminar el líquido) e introducimos el densímetro (incluido en el kit). Este utensilio va a medir la cantidad de azúcar que hay en nuestro mosto. Veréis varias escalas. Nosotros apuntaremos el valor que indica los miles (1000 es la densidad del agua y nuestra «cerveza verde» -que así se llama ahora- estará entre 1035 – 1060). Anotad el valor obtenido. Incluso probad la cerveza. Está calentorra y sin gas, pero el sabor está ahí. Nosotros probamos el mosto en todas sus fases y anotamos los valores de la cata.
Ahora podemos sembrar la levadura. La añadimos sobre el líquido. Hay quien remueve el mosto para mezclar bien la levadura. Otra opción es dejarla en la superficie. Nosotros lo hemos hecho de esta última forma.
Trampa de aire colocada
Ahora tapamos y colocamos la trampa de aire, que llenaremos con agua y una pizca del producto desinfectante. La misión de la trampa es evitar que entren microorganismos en la cuba y estropeen la cerveza. Además nos proporciona información visual del estado de la fermentación. Observaréis cierta actividad en forma de burbujas de CO2.

 

NOTA IMPORTANTE: Que no haya burbujas no significa que la levadura no esté actuando. Puede que actúe de forma lenta. En nuestro caso, al ser una cerveza baja en alcohol, la fermentación era menor. De todas formas para saber si hay fermentación, observad la tapa. ¿Está ligeramente abombada? ¿Si presionáis con la mano se mueve el nivel de la trampa y cuando soltáis vuelve al nivel inicial? Entonces todo va bien.

 

Ahora dejamos tranquila a nuestra cerveza durante 1 semana. Durante ese tiempo anotad la temperatura de la habitación y controlad si hay indicios de fermentación. Y mientras pasa ese tiempo, id guardando botellas vacías para el momento del embotellado. Eso implica beber bastante cerveza, pero eso es lo que tiene esta afición: ¡que es muy sacrificada! 😉

¿Continuamos?: «Como hacer cerveza en casa (parte 2)»

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0 Comentarios Agrega el tuyo

  1. TUBAL dice:

    Fantástico! Gracias por este gran documento…con el ya pronto podré decir en casa….HABEMUS BIRRA!Beer Power!

  2. ¿Cómo va la vuestra? ¿Habéis empezado ya?

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