Cocinando nuestra Pale Ale

Este es el proceso de elaboración de una cerveza «todo grano» tal y como lo solemos hacer  con nuestra Garabato. En este caso es una pale ale hecha con maltas pale ale y crystal. Usamos una nevera preparada con un filtro de tubos de cobre ranurado y un grifo, para macerar el grano.
Molemos el grano con nuestro molino de corona
Añadimos agua caliente a 78º C a la nevera.
Añadimos el grano molido y removemos. La temperatura bajará hasta los 65º aproximadamente. Cerramos y esperamos 90 minutos, removiendo cada 15 minutos.
Comenzamos el recirculado. Un par de litros o hasta que salga limpia de grano.
Ya comienza el mosto a salir claro.
Se va formando la cama de grano que hará de filtro para el lavado.
Pasamos el mosto al hervidor…
… a medida que vamos lavando el grano con agua a 75º.
Usamos un colador para retener posibles restos de grano.
Comenzamos a hervir el mosto.
Preparamos el lúpulo (Nugget para esta ocasión).
Una vez que comienza a hervir, echamos el lúpulo para amargor.
Aprovechamos para lavar la nevera y los elementos.
Lavamos también el serpentín que enfriará el mosto.
15 minutos antes del KO metemos el serpentín para que se esterilice.
Preparamos la botellas vacías para reciclar el agua más caliente. No nos gusta desperdiciar.
Preparamos el baño frío y sumergimos la bomba de estanque para recircular el agua.
Los primeros litros no los recirculamos porque nos derriten los hielos. Este agua la usamos para regar las plantas y para fregar.
Mientras enfriamos el mosto, lo celebramos con una buena cerveza
casera. Nuestra Garabato de trigo.
Ya tenemos el mosto a unos 23º.
Medimos la densidad inicial del mosto.
Nuestra levadura ya está activada y «contenta».
Transferimos el mosto al fermentador.
Hay que provocar bastante oxigenación para que la levadura, que ya hemos echado en el tanque, haga bien su trabajo.
El mosto que hemos usado para medir la densidad no lo volvemos a echar al fermentador. Lo ponemos en un vaso y lo probamos.
El fermentador ya está en su sitio, tranquilo y reservado para que la
levadura haga su trabajo.
En una próxima entrega relataremos la segunda parte del proceso:
el embotellado

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